El Arrepentimiento
¿Por qué debemos arrepentirnos?
Y él ha dicho: Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí, y sed bautizados en mi nombre, y tened fe en mí, para que seáis salvos.
(Moroni 7:34).
La fe y el amor por Jesucristo, nos llevan a arrepentirnos o a cambiar nuestros pensamientos, creencias y conductas que no estan en armonía con Su voluntad. El arrepentimiento es un cambio que se efectúa en el corazón y en el modo de pensar; esto requiere que se abandonen los pecados y se entregue el corazón a Dios y a Su voluntad.
La Doctrina Mormona enseña que el arrepentimiento es el segundo principio del Evangelio, antecedido por la fe. Las escrituras enseñan que “.. nada impuro puede entrar en Su reino..” (3 Nefi 27:19). Los pecados nos alejan de Dios y nos hacen impuros, y de esta forma no podemos regresar a vivir con Él. Asimismo, nuestros pecados nos llenan el alma de angustia y pesar, por esto, el arrepentimiento es necesario para todo ser humano.
La única forma en que podemos ser limpios nuevamente es a través del arrepentimiento sincero y nuestra fe en el Sacrificio que Jesucristo hizo por nosotros. No hay otra forma por medio de la cual podemos ser limpios. Nuestro Salvador Jesucristo vino a esta tierra y vivió una vida limpia y sin pecado. Sin embargo, para salvarnos, él tomó sobre sí los pecados de toda la humanidad, para que no tuviéramos que sufrir si nos arrepentíamos. Por medio de Su sangre somos limpios si seguimos los pasos de un arrepentimiento sincero.
El arrepentimiento puede ser un proceso doloroso, pero nos llevará al perdón y a la paz duradera. La Iglesia Mormona enseña que hay ciertos pasos que deben darse para poder obtener un arrepentimiento verdadero, y estos son:
Tener fe en Dios y en Jesucristo
Sentir pesar por el pecado cometido
Confesar nuestro pecado
Pedir perdón
Abandonar el pecado
Restituir hasta donde podamos
No volver a cometer el pecado.
Debemos tener confianza en Dios y en Jesucristo, de que nuestros pecados pueden ser borrados, y que podemos ser limpios de nuevo.
El antiguo Profeta Isaías enseñó: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. (Isaías 1:18)
Nuestro Padre Celestial también ha hecho una promesa a todos sus hijos:
“El que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado”. (Doctrina y Convenios 1:32).
Los Mormones creemos que el verdadero motivo por el que estamos en esta tierra es para aprender a tener fe en Dios y en Jesucristo y poder regresar a vivir con ellos. El ayuno y la oración pueden ayudarnos a lograrlo. Para poder poner nuestra vida en armonía con la voluntad de Dios es necesario el arrepentimiento, ya que todos estamos expuestos a cometer errores.
“…Os ruego por tanto, que no demoréis el día de vuestro arrepentimiento hasta el fin; porque después de este día de vida, que se nos da para prepararnos para la eternidad, he aquí que si no mejoramos nuestro tiempo durante esta vida, entonces viene la noche de tinieblas en la cual no se puede hacer obra alguna”. (Alma 34:33).
Nuestro Padre Celestial y Su hijo Jesucristo desean que nosotros hagamos uso del sacrificio que Jesucristo realizó por nosotros y que nos arrepintamos y que aprendamos a ser mejores.
“Porque he aquí, yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten” (DyC 19:16).
Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) estamos muy agradecidos con Jesucristo por Su sacrificio, ya que por medio de él podemos volver a vivir con Dios despues de esta vida si nos arrepentimos.
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