“Bienaventurado los puros de corazón por que ellos verán a Dios.” Esta declaración tan simple comprende la recompensa final que Dios nos ofrece – el don de la vida eterna.
“El contraste entre la intención de ayudar y la de aprovechar incluso se puede ver en algún servicio que se presta en la Iglesia. El misionero que tiene la intención de usar ’su’ misión para su desarrollo personal y ’sus’ bautismos para obtener reconocimiento por ’sus’ realizaciones, es un farsante y un fracasado. Sus intenciones y sus actitudes son evidentes. Sus compañeros, sus líderes y sus investigadores no demorarán en reconocerlo y resentirse con el misionero que los considere como simples objetos a los que puede usar para su propio beneficio.” Elder Oaks
Ya anteriormente se habia publicado una parte de este libro y nos habiamos tardado en poner la segunda parte
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