Niankoro Yeah Samake, ese es el nombre del candidato a la presidencia de la república de Malí, uno de los países más pobres del mundo. Samake es alcalde de Ouelessebougou, el octavo de 18 hijos, y además es mormón. Si es mormón. La historia de Samake es una historia de esfuerzo y de milagros. El padre de Samake envió a sus hijos al colegio, con el convencimiento de que eso les ayudaría a romper el círculo de la pobreza. Luego de eso Samake trabajó como maestro de manera voluntaria en su país hasta que una familia norteamericana le financió el viaje a Estados Unidos para estudiar. Ya en Nueva York Samake conoció la Iglesia y se bautizó. Samake estudió en BYU, donde además de obtener una maestría en políticas públicas conoció a su esposa Malissa que también estudiaba en BYU y provenía de la India.
Al cabo de un tiempo Samake coordinó la creación de una fundación que tiene como fin construir colegios en Malí. Y finalmente decidió volver a Malí para postularse a alcalde de su ciudad. Cuestión que logro por una amplia mayoría, más del 80% voto por Samake. Ahora Samake tiene un nuevo desafió, busca la presidencia de la nación. En algunas entrevistas le han preguntado si su religión puede ser un problema para ser electo presidente de su país. Samake ha señalado que la religión no es un tema en la campaña a la presidencia. Al parecer Malí es un país peculiar, donde la religión no es un tema de división. Algunos expertos señalan a Malí como un país musulmán pero donde los grupos mayoritarios son moderados.
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