Esta es la traduccion de un articulo que aparecio en meridian magazine y que muy amablemente me envio Alonso Ortiz para que la compartiera con todos ustedes.
En una casi “historia que algún día si leerás en Liahona”, el relato de Emma – Estaba muy cansada para ir al oeste.
Esta carta viene de Bob Smith, un descendiente directo de José Smith, para Marcos Albright, presidente de la misión Washington DC del Sur, quien publico la carta en Meridian Magazine.
Estimado Presidente Albright,
Yo fui el descendiente directo número 108 del profeta José Smith en ser bautizado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (los mormones). Fui el segundo descendiente directo de José, que recibió su investidura en el nuevo Templo de Nauvoo. Creo que es tiempo de compartir mi historia con un público más amplio.
Me crié en la Iglesia Reorganizada, ahora conocida como Comunidad de Cristo. Toda mi vida me habían enseñado a desconfiar y temer a la iglesia mormona que tiene su sede en Utah. Mi viaje para convertirse en mormón comenzó en el verano de 2005, cuando me encontré con un sitio web: JosephSmithJr.com. Pasé varias horas leyendo lo que estaba allí. Envié un correo electrónico al sitio y les expliqué quién era yo. Se pusieron en contacto conmigo al día siguiente y fui invitado a visitar Utah en agosto para una reunión de la familia de José Smith.
Tenía miedo de ir, me preocupaba realmente por mi seguridad y mi bienestar. Me fui pensando que era como una oveja que iba directo al matadero que podría llegar en un bonito avión pero quizá volviera en una caja de madera! Sin embargo, contrario a mis creencias, lo que realmente sucedió fue una experiencia encantadora. Mi sobrina Kim Larsen y yo fuimos recogidos en el aeropuerto por John y Gwen Smith, bisnieto de Hyrum Smith, hermano de José. Ellos fueron los anfitriones de los siguientes 3 días.
El Élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce, un primo Smith descendiente de Hyrum hermano de José, se dirigió a nosotros. Cerca de 200 descendientes asistieron a la reunión. La mayoría, como yo, no eran miembros de la iglesia mormona. También fuimos alojados por descendientes de Samuel Smith, otro de los hermanos de José. La recepción fue totalmente impresionante
La calidez compartida durará toda la vida. Fuimos a una obra de teatro en el Centro Marriott de la BYU que celebraba el 200 aniversario del nacimiento de José. Nunca en mi vida había sentido tal emoción como cuando me paré en medio del estadio y con mi familia recibimos una ovación de 23.000 personas. También fuimos invitados de honor a la emisión semanal del Coro del Tabernáculo Mormón, en el que el director musical Craig Jessop nos dio la bienvenida y rindió homenaje a la esposa de José, Emma, por su colección de himnos. El coro cantó himnos centrados en José, “¡La oración del profeta,” y “Loor al Profeta”. Cuando cantaron “La oración del Profeta,” lloré abiertamente por primera vez en 50 años. Esto nunca me había sucedido antes, ni siquiera en la muerte de mis padres, esposa o hijo.
También nos mostraron varias exhibiciones sobre José y Emma Smith en el Edificio Conmemorativo José Smith, cuando la Iglesia celebró el 200 aniversario del nacimiento de José. Bajo la dirección de los descendientes de José, Michael Kennedy y su esposa, Darcy, y Gracia Jones – el primer descendiente de José Smith en unirse a la Iglesia y recibir su investidura – tuvimos una cena familiar en el Edificio Conmemorativo José Smith en Salt Lake City. El departamento de arte en BYU me regaló un hermoso libro acerca de mi tatarabuelo, José Smith.
También me regalaron un Himnario SUD en memoria a las contribuciones de Emma a la música de la Iglesia. Después regresé a mi casa en Nebraska, puse mis dos nuevos libros en mi sala de estar. En este punto yo tenía una total crisis emocional, pero sabía lo que tenía que hacer. En los próximos meses efectué mucha investigación y búsqueda interior. Miré de nuevo a la Iglesia Reorganizada sólo para descubrir que habían cambiado el nombre de la iglesia, denunciado al Libro de Mormón, y denunciado a José Smith como profeta – todo a lo cual yo me oponía. Sentí que la Iglesia original era la que yo debería seguir.
En enero de 2006, dos jóvenes misioneros mormones tocaron a mi puerta, el elder Batin y el elder Williams. Cuando invité a los elderes entrar, de inmediato notaron el himnario SUD y el libro de arte de José Smith sobre mi mesa. Huelga decir que, cuando los misioneros descubrieron que no era mormón, se quedaron en la sala de mi casa para enseñarme la mayor parte de ese día. Nuestra discusión fue fascinante para ellos y para mí, porque yo ya sabía mucho acerca de la historia de su iglesia que se entrelaza con la historia de la Iglesia Reorganizada, sin embargo, muchos de los principios del Evangelio eran diferentes. Durante las semanas siguientes tomé todas las lecciones misionales y luché con la enorme disparidad entre lo que los elderes me enseñaban y lo que mis amigos y familia de la Iglesia Reorganizada me había enseñado toda mi vida.
El conflicto dentro de mi corazón y alma creció hasta el punto que finalmente le dije a los misioneros que a pesar de que creía en su mensaje y en todas las doctrinas SUD, no podía unirme a la Iglesia mormona hasta que pudiera encontrar por mí mismo por qué Brigham Young había dejado Emma atrás en Nauvoo con cinco hijos que cuidar. Yo estaba en conflicto y no podía llegar a una resolución que fuera un consuelo. No tenía sentido para mí saber que Emma hubiera sido abandonada a su suerte, después de haber sido un instrumento en la Restauración. También pasé varias noches en casa de David y Edwards Jodi que eran amigos SUD, y donde los elderes Sandhu y Johnson me enseñaron algunas doctrinas más.
En abril de 2006, estaba conduciendo por la carretera rumbo a mi trabajo e iba cantando en voz alta una canción transmitida por una estación de radio cristiana del sur. Todavía recuerdo la canción que estaba escuchando se titula: “Alegría, alegría maravillosa alegría” por el grupo cristiano de Bill y Gloria Gaithers. De repente, para mi pesar, la radio quedó en completo silencio. Estaba un poco irritado por esto ya que el coche que conducía era casi nuevo. ¿Cómo podría descomponerse la radio tan pronto? Le di golpes al tablero y moví los botones de la radio, pero finalmente me di por vencido y solamente conduje por el camino, solo y en completo silencio.
En ese silencio me puse a meditar acerca de mi dilema. ¿Debería unirme a la iglesia mormona como yo quería y disfrutar de la comunión con los santos? ¿Molestaría esto a mi familia y a las muchas generaciones de Smiths que estaban enojados de que Emma no había sido llevada al Oeste junto con los santos? De repente, para mi sorpresa, clara y distintivamente oí la voz de una mujer que me hablaba. Era tan clara como si hubiera llegado a través de los altavoces de la radio. La voz dijo: “Robert, Sigue a tu corazón. Me quedé en Nauvoo porque estaba cansada y no podía viajar más lejos.” Supe al instante que la voz pertenecía a Emma Smith, mi tatarabuela. Se hizo claro para mí en ese momento que Emma me había dado su aprobación para ser bautizado en la Iglesia Mormona! Mis antepasados no se enojarían con mi decisión de unirme a mi nueva fe.
Mi última preocupación restante y piedra de tropiezo acababa de ser eliminada milagrosamente.
Fui bautizado el 13 de mayo de 2006, por mi primo Michael Kennedy, presidente de la organización “ Joseph Smith Family” , y primer descendiente de José en recibir el Sacerdocio de Melquisedec. Fui confirmado por mi buen amigo y presidente de estaca David Edwards. También fue bautizado en el mismo servicio bautismal por Michael, Caleb, hijo de mis buenos amigos David y Rebeca Denning. David es el hijo de mi primo segundo Gracia Jones y vive aquí en Omaha. Me sentí abrumado por la emoción de que el tataranieto y el tatara-tatara-nieto de José, fuéramos bautizados en el mismo servicio! Fue una ocasión gozosa. Para el bautismo de Caleb y el mío fue la primera vez que un descendiente de José y uno de Hyrum habían trabajado juntos en el bautismo de un miembro de la familia.
Sólo puedo imaginar la alegría y las lágrimas que se han de haber derramado por ambos hermanos del otro lado del velo. Sus familias estaban unidas de nuevo después de 150 años. La hermosa oración dedicatoria del Templo de Kirtland ofrecida por José, especialmente la parte de D. y C. 109:70, continúa desarrollándose, que los prejuicios de la posteridad de José “… sean destrozados y arrastrados … como ante un diluvio; a fin de que se conviertan y sean redimidos con Israel y sepan que tú eres Dios..” …
De entre la posteridad de José y Emma son ahora unos 125 descendientes adultos vivos que somos miembros de la Iglesia y de ellos, por lo menos 14 han servido en misiones de tiempo completo. Nuestros prejuicios es cierto que se han arrastrado como por un diluvio a medida que se convierten al Evangelio de la Restauración!
Fui investido en el Templo de Nauvoo en junio de 2007. Gracias por sus esfuerzos al difundir la luz de la verdad!
Mis más cordiales saludos,
Bob Smith, Omaha, Nebraska
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