Hace un tiempo publicamos un articulo que hablaba acerca de la preocupacion en la solidez y estabilidad socioeconomica de los jovenes santos de los ultimos dias. Hice un pequeño analisis personal (que representa solo mi opinion, aunque compartida por mis amigos) y nos comprometidos a comenzar a entregar pequeñas “recetas de vida” de jovenes santos de los ultimos dias que por lo menos en el sentido economico, han logrado obtener una estabilidad y un buen pasar.
Nuevamente, no es nuestra intencion decir que esta es la finalidad de la iglesia o del evangelio, ni mucho menos, al contrario, muchas veces esta estabilidad economica juega en contra de la estabilidad espiritual. No es nuestra intencion esa, sin embargo, hemos de reconocer que a pesar de que no es suficiente ni el objetivo de nuestra existencia, el tener esta area bajo control ayuda muchisimo en la edificacion de otras areas mas importantes, por ello, nuestra preocupacion, que vemos refrendada en la misma preocupacion que emana desde la iglesia comenzando por su cabeza el presidente Hinckley.
Con ustedes, la primera de las Receta de Vida, por Paz.
Recetas de Vida
Cuando conversé con Admin acerca de escribir esta historia, decidí de inmediato el título que debía llevar. Ahora que lo releo, me siento como “Cocinando con Mónica” (Salvo, claro, por el hecho de que yo no soy Mónica) y hasta me dan ganas de decir de vez en cuando: “y ahora agregue sal a gusto”.
Me recuerdo en el Colegio, 7mo, 8vo básico (educacion primaria). Entre otra de las bendiciones que he recibido en esta vida, tengo la fortuna de ser hija de padres profesionales, ambos dedicados a la docencia, que desde siempre refirieron la educación universitaria como una meta a la que yo también debía aspirar. Guiada por estas conversaciones de antaño, desde pequeña tenía conciencia de que las notas en la enseñanza media contaban para el puntaje de postulación a la Universidad, así que estaba decidida a sacarme buenas notas.
Cuando llegué a 4to, no había plata para estudiar en un preuniversitario y, por lo tanto, tampoco había plata para pagar la Universidad. Averiguando, leyendo, con el apoyo y ayuda de mis profesores, me enteré por ahí que si sacaba un alto puntaje, podía entrar becada a la universidad. Y entonces, otra vez, vino a mi mente el pensamiento de la normalidad. Me puse a estudiar, un poco más de lo normal, me quedaba en el colegio haciendo ensayos, llegaba a mi casa a repasar materia, leía libros de historia, hacía ejercicios, volvía a repasar. Competía contra mis propios puntajes, haciendo un esfuerzo un poco más allá del Standard… y me fue bien. Fui el mejor puntaje de ingreso en la Facultad a la que postulé, en mi carrera seleccionada como primera preferencia, y estudié gratis, todo ese año. Después de eso, gracias a las buenas notas que tenía, gané otras becas por aquí y por allá, un poco del Fondo Perpetuo, etc. con lo que financié la carrera completa. Entre medio, gracias a la buena relación con profesores y compañeros, gané otras becas de estudio, investigación, trabajo, etc. y conocí España, Alemania, Portugal, Estados Unidos y Panamá.
Egresé con honores y llena de gratitud. Antes de titularme fui contactada por una empresa multinacional en la que trabajo ahora. No alcancé a salir cuando ya tenía trabajo, ahora, casi 1 años y medio después, estoy contenta de decir que creo en la bendiciones, en el esfuerzo, en la milagro de la familia, en el Evangelio Restaurado del Señor y, por supuesto, en la becas. De hecho, después de un año de trabajo, la empresa me becó y ahora estoy haciendo un diplomado en una prestigiosa universidad del país.
Si tuviese que describir mi vida, diría que ha sido un milagro, día tras día. Y si tuviese que contar mi secreto, diría: tome sus sueños más profundos y nobles, las cosas que realmente desea de la vida, sea generoso y considere al prójimo en sus planes de bienestar, trace un plan de cómo lograr esos sueños, concéntrese, proyéctese en el largo plazo a través de logro de pequeñas metas del día a día, sea flexible en los detalles, pero manténgase firme en conservar la esencia del plan. Agregue mucho buen humor, proactividad, buenas relaciones con los demás, amigos verdaderos, esfuerzo sincero por cumplir con el Señor y vivir el Evangelio de Jesús, el Cristo. Revuelva continuamente, ponga dos cucharadas de resiliencia, dos manos llenas de gratitud, mucho trabajo duro, oración constante y humildad. Mientras hierve, ponga muchos platos en la mesa, y prepárese para servir generosamente. Déjelo hervir a fuego lento 5 minutos, respire su delicioso aroma, sonría y, ahora sí, por fin, agregue sal a gusto.
gran historia de esfuerzo y superacion personal, creo que me será de gran ayuda en esta semana que estoy replanteando mis metas…
mis saludos monica, broma broma, srta paz, espero que nunca deje de progresar y siga creando milagros como hasta ahora 😀
Sin desmerecer esta receta… me encantaría conocer la de alguien que, casado y con hijos haya logrado terminar sus estudios y una estabilidad en todo ámbito, económico, social, eclesiástico… etc…
sho soy tu paaaadreeeeeee (postgrados tambien cuentan como estudios) 😛
Bueno, y si preguntas por Pregrado, este tipo luego de terminar la mision, llego y se caso sin terminar su carrera, se puso a tener familia…. y para mas remate, se le ocurrió seguir estudiando. Solo recien ahora esta terminando sus estudios, con llamamiento el cual ha dignificado enormemente, quizas viviendo incomodidades economicas, pero como lo conozco, yo diria que de lo mas feliz y agradecido de la vida (aunque se que esta chatisimo de estudiar).
http://www.cumorah.org/cumorah/2008/07/15/recetas-de-vida-2/
Gracias Admin… muy buena historia…