No importa donde seais enviados.

Hermanos del Sacerdocio, no importa si sois diáconos recién ordenados o sumos sacerdotes con años de experiencia; vuestro deber es prepararos para una misión. Si nunca habéis servido en una, el Señor quiere que os preparéis; si ya habéis cumplido una misión, el Señor quiere que os preparéis para otra. Hay cuatro billones de personas que necesitan lo que nosotros tenemos, ¡y lo necesitan urgentemente!

Dejadme compartir con vosotros algo de la vida del élder Anguiano, un joven estadounidense de origen mexicano, que se había preparado para una misión de habla hispana, pero que fue llamado a Nueva Zelanda. ¡Imaginad un joven preparado en español, yendo a un país donde el español raramente se oye! Mientras esperaba la llegada de su único misionero en el aeropuerto, el presidente de la misión buscaba la inspiración divina para saber cómo utilizar a aquel élder preparado en español, en un país donde se habla solamente inglés. Al bajar los pasajeros, el presidente divisó a su nuevo élder. Puede ser que su camisa fuera más blanca que las de los demás pasajeros, pero era su actitud lo que lo apartaba de los demás; él tenía un aspecto especial, era uno de los enviados por el Señor. Al encaminarse al edificio, apresuró el paso; era evidente que estaba ansioso por empezar su misión. Al acercarse al presidente lo hizo con los brazos extendidos para darle un abrazo al estilo mexicano. Eso era lo que él acostumbraba y eso iba a hacer . . . . aun en Nueva Zelanda. Entonces dijo sus primeras palabras: “Presidente. estoy aquí para bautizar a la gente”.

Generalmente, los presidentes de misión no relevan a sus asistentes para asignarles la tarea de capacitar a nuevos misioneros, pero cuando por tercera vez el Espíritu inspiró al presidente, éste se convenció y asignó a su asistente, un joven extraordinario de ascendencia china y maorí, para enseñar al nuevo élder. Los dos formaron una especie de “Naciones Unidas”.

Tres semanas más tarde los jóvenes informaron al presidente que habían encontrado una familia en una isla que quizás fuera la única en Nueva Zelanda que hablaba solamente español. Esta familia chilena recién llegada, necesitaba la Iglesia; ellos necesitaban también al élder Anguiano, y el Señor llenó esa necesidad con el llamamiento apropiado por medio de un Profeta viviente. Y eso no es todo; ahora hemos recibido noticias de que más de cien familias de Chile están en trámites para emigrar a Nueva Zelanda, y el élder Anguiano y su familia chilena, recientemente bautizada, están esperando la llegada de estas otras para comenzar a amistarlas y enseñarles el evangelio.

El Señor dirige la obra. Nosotros somos parte de un proceso divino cuyo objeto es la salvación de los hijos de nuestro Padre, dondequiera que estén. Debemos prepararnos ahora, para que el Profeta no se vea restringido por nuestras limitaciones.

“No se haga mi voluntad . . .” – Extracto.

Elder Robert L. Simpson

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  1. 1

    Gracias por este artículo, realmente me emocionó y lagrimas salieron ,por la grandeza del Señor de tener todo listo para que sus hijos sean enseñados en el idioma que corresponda, aunque muchas veces no entendemos el porque de las cosas, si escuchamos el susurro del Señor , ya todo lo tine friamente calculado como decía el chapulín colorado…El Señor tiene a su manera las cosas, solo hay que seguirlo y hacerlo…muy hermoso la historia.

  2. 2

    Viva Chile Mi Alma….

  3. 3

    a mí me pasó lo mismo! me preparé para servir mi misión en Chile, no quería servir en ningún otro lugar que no fuese mi chilito lindo, pero me enviaron a una misión gringa…plop!
    Para mi sorpresa y gran lección al final de mi misión mi Padre por fin me bendijo con mi gente con mi idioma y encontramos una colonia de hispanos… que gran bendición!!!
    Sé que ésta es la obra del Señor y el idioma no es obstáculo para él…

  4. 4

    Realmente, la mision es algo indescriptible, el tener el llamado de servir a un lugar y saber que representas al apostolado de un Salvador que es Jesucristo, hace de ese sitio un lugar especial en tu corazon, sea dentro o fuera de tu pais de origen, amo el pais donde Servi la mision estoy seguro que no pudo haber un mejor lugar preparado para mi y no pude estar mejor preparado para ese lugar.
    uyyyy ya me puse a añorar esas lindas epocas,,,,,,jejejejeje …. viva el mate con criollos con manteca, y una buena leccion a la luz de la luna en las veredas de mi Cordoba querida.

  5. 5

    No hay nada màs hermoso que servir, algo que siempre la Iglesia a enseñado y que està a la vista, ya sea, sirviendo como misioneros en cualquier àrea que seas destinado, sin importar la posiciòn, lo importante es el fondo que tiene el servir, hoy puedo servir a mis propios familiares fallecidos encontrando bajo oraciòn sus nombres y luego mi familia realizando la obra por ellos en el Templo, el servicio es mutilple y no està vedado a nadie.

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