Los 3 Nefitas

Hace un tiempo atras leí en Cumorah algo sobre los 3 nefitas, el artículo citaba algunos testimonios de encuentros con ellos de miembros de la iglesia a modo de contribución quiero citar el libro ” Secretos Precolombinos” Pág.43 -45 de Harold Santacruz Moncayo, donde hace referencia a echos ocurridos en el 2º viaje dejesus america Cristóbal Colon a América dice:

“Un día alrededor del 3 de junio de 1494, durante su segundo viaje al Nuevo mundo, Cristóbal Colón ancló fuera de las orillas de Cuba; Envió una expedición a la orilla para obtener un poco de agua fresca y madera. Entre aquellos enviados a tierra bajo un arquero, que se separó de la comitiva y entró en los bosques con su ballesta a cazar. Él no había caminado mucho tiempo cuandose devolvió apresuradamente y fue donde los del grupo con este informe: “Declaró que él no había avanzado muy lejos, cuando observó de repente que era espiado a través de un claro del bosque, era un hombre vestido de blanco hasta los tobillos, tan blancos y largos como un fraile del orden de Santa. María de la Misericordia, que al principio él lo tomó como si se tratase del capellán del Almirante, pero otros dos le seguían, con túnicas blancas que alcanzan a sus tobillos; los tres eran de cutis como los europeos. Detrás éstos aparecieron muchos más al número de treinta, armados con flechas y lanzas. Ellos no hicieron ninguna señal de hostilidad, pero permanecían callados, el hombre de traje blanco largo, tomó la delantera para hablarme a mí; pero Yo estaba tan asustado de ver el número de acompañantes que huí para buscar la ayuda de mis compañeros al instante. Más tarde reconoció que se acobardo de ver a los nativos armados y que con sus compañeros no tuvieron el coraje de enfrentarlos y salieron despavoridos hacia las naves ancladas en el mar.
( Irving 196)
Hay dos alternativas: O el hombre puede haber estado engañando a Colón; o que él había visto una bandada de grúllas en lugar de lo que imaginó . Colón tenía razón para dudar de la exactitud de la información del arquero; por lo tanto sugería espiarlos desde las naves, pero los catalejos no permitían identificarlos desde a bordo “Por eso al día siguiente se programo que todos fueran a tierra, con Órdenes para penetrar al interior si es necesario hasta cuarenta millas ” para verificar esta historia.59 ( Irving 197)
Incluso una tercera expedición se envió al tercer día a tierra, en la demanda de estos nativos y sus tres líderes blancos vestidos de blanco. Este acontecimiento se convirtió en un problema, todos opinaban sobre la credibilidad del arquero y despertó la curiosidad del Almirante.

Aunque las comitivas volvieron sin una evidencia, no se menciona nada al hombre de la ballesta que más tarde retracta su historia. Tanto así, que crea dudas en el Almirante y de ahí en adelante se pide que ninguna acción sea comunicada sin un segundo testimonio. En dos semanas, Colón ya sabía comunicarse con un nativo, de quien supo: que a diez leguas al oeste había algunos nativos entre ciertas montañas que él vio de lejos, que había un rey, tan poderoso que su reinado abarcaba muchos pueblos; Que él llevaba un vestido blanco que llegaba a tierra; que se le llamó un santo; que sus enseñanzas fueron obedecidas siempre, aunque comunicaba sus órdenes y sus asuntos mediante símbolos visuales,( Irving 200)”

Investigando un poco mas me pude encontrar con varias leyendas que hablan de estos 3 hombres singulares de reconocido poder, que ministraron por el antiguo continente Americano.

Encyclopedia – Los Tres Nefitas


Autor: Wilson, William A.

Las historias SUD acerca de los tres nefitas son algunas de las leyendas más asombrosas de los ciclos religiosos en los Estados Unidos. Teniendo ciertas semejanzas con las historias del profeta Elías en la tradición judía o la de los santos en la tradición católica, las historias de los tres nefitas son la version distintivamente mormona de esta tradicion religiosa. Parte de un gran grupo de narrativa tradicional SUD (véase Folklore Sud), estas historias no son doctrina oficial y no estan publicadas en la literatura oficial. Estan basandas en la historia del Libro de Mormón que cuenta del don que les dio Cristo a tres discípulos Nefitas, durante su visita al Nuevo Mundo después de su muerte y resurrección, de obtener el mismo deseo que ya había concedido a Juan el Amado, de “quedarse en la carne” para seguir llevando almas a él hasta su segunda venida (Juan 21:22; 3 Ne. 28:4-9). El registro del Libro de Mormón dice: “Y [los tres nefitas] son como los ángeles de Dios…., y pueden manifestarse a cualquier hombre que les parezca conveniente. Por tanto, ellos efectuarán obras grandes y maravillosas, antes del día grande y futuro,”(3 Ne. 28:30-31; véase también el Libro de Mormón: Tercer Nefi).

Asi como la recién fundada Iglesia creció en número, un creciente número de historias comenzaron a circular entre los miembros, las que hablaban acerca de amables hombres de edad, de quienes usualmente se pensaba que eran estos antiguos discípulos Nefitas, ls cuales se habían aparecido a las personas que estaban en peligro físico o espiritual y les ayudaban a resolver sus problemas, luego de lo cual desaparecian de repente.

Ya que estas abarcan un siglo y medio de historia LDS, estas narrativas reflejan la evolución de los entornos físico y social en la que los Santos de los Últimos Días han tenido sus pruebas de fe. Por ejemplo, en un estilo de vida o sociedad agrario anterior a la Segunda Guerra Mundial, las historias acerca de los Nefitas hablaban de que estos guiando a los pioneros a pozos de agua, salvando a un ganadero de una tormenta de nieve, ofreciendo remedios naturales para las enfermedades, arando el terreno de un campesino para que el pudiera cumplir con sus deberes en la iglesia, o entregando alimentos a los misioneros hambrientos. En el mundo contemporáneo, las historias hablan de los nefitas dando ayuda milagrosa a genealogistas SUD en difíciles busquedas de antepasados, sacando a un joven de un lago después de un accidente de canoa y dandole respiración artificial, arreglando el horno a una viuda, guiando a automovilistas perdidos en una tormenta de nieve, dando aliento a una mujer que había perdido a su marido e hija en un accidente aéreo, y sacando a los misioneros del fuego en un accidente en la autopista.

A pesar de como se han ajustado las nuevas historias desde los originales pueblos pioneros con caminos rurales a nuestro tiempo de civilizacion urbana con ruidosas carreteras, algunas circunstancias se han mantenido constantes. En las historias, los tres nefitas continúan bendiciendo a las personas y, al contar estas historias, los santos de los últimos días testifican de la validez de las enseñanzas de la Iglesia y alientan a la obediencia a las mismas. Las historias siguen proveyendo a los fieles un sentido de seguridad en un mundo inseguro, persuadiéndolos a que como Dios ayudó a los honrados pioneros a vencer un mundo físico hostil, también va ayudar a los fieles a soportar los males de la sociedad urbana. Entonces, tomando en conjunto, las historias siguen proporcionando entendimiento en los corazones y mentes de los Santos de los Últimos días acerca de las creencias que los mueven a la acción.

Un Periódico Inglés

Margaret McNeal Ballard

El 17 de mayo de 1884, el Templo de Logan fue dedicado. Mi marido, Henry Ballard, siendo obispo, estaba muy ocupado escribiendo recomendaciones para todos aquellos que deseaban ir al Templo, cuando nuestra hija, Ellen, entró a casa con un periódico en su mano pidiendo ver a su padre. Le dije que él estaba muy ocupado y que me diera el periódico a mi y yo se lo daría a él después de un rato. Ella dijo, “No, un hombre me dió el periódico y me dijo que no se lo diera a nadie, sino a mi padre.” Dejé a la pequeña llevar el periódico a su padre y cuando él lo tomó y lo miró se sorprendió enormemente ya que vió que el periódico había sido impreso en su lugar de nacimiento, Newsberry Berkshire, Inglaterra, sólo cuatro días antes. Él se asombró tanto con eso que llamó a Ellen y le preguntó dónde estaba el hombre que le había dado el periódico. Ella le relató que estaba jugando en la vereda con los otros niños cuando dos hombres vinieron en su dirección caminando por en medio de la calle. Uno de los hombres la llamó, diciendo “Niñita, ven aquí.” Ella dudó al principio porque había otras niñas con ella, pero él la indicó y le dijo ”tú”, entonces ella fue y él le dió el periódico, y le dijo que no se lo diera a nadie, sino a su padre, sin preguntar quién era su padre. El periódico contenía una columna titulada “Graveyard Gleanings”, subrayada con lápiz azul. Esta, contenía aproximadamente sesenta nombres de amigos y conocidos de mi marido, incluyendo a su viejo profesor de la escuela, ya fallecidos; dando fechas de nacimiento y defunción. El hermano Ballard llevó el periódico al Presidente del Templo y le preguntó lo que él pensaba.

El hermano Merrill dijo, “Hermano Ballard, creo que fue uno de Los Tres Nefitas, o alguna otra persona insólita, la que pudo traer este periódico. No podría haber llegado de ninguna otra manera en un tiempo tan corto.” Aquel periódico está ahora en la oficina del Historiador de la Iglesia en Salt Lake City. (Autobiografía de Margaret McNeil Ballard / Acerca de los Tres Nefitas. Beardall, LDS Books Publications, pág 65).

Nota de la traductora: Para 1884, cruzar el Atlántico en barco tomaba alrededor de 4 semanas.

Mantequilla, Pan y Brigham Young

http://profile.ak.facebook.com/object3/1366/61/l28994274704_2023.jpgH.B.Campbell – Historias de Los Tres Nefitas.

Una mañana en el verano de 1865, mi padre había ido a trabajar y mi madre estaba en los quehaceres de la casa. Cerca de las 10 de la mañana un hombre apareció en su puerta. Vestía un traje de lino, una camisa blanca y un sombrero de paja y tenía una blanca y larga barba. Mi madre abrió la puerta y el hombre le pidió algo para comer. Al principio ella se sintió asustada así que lo miró por encima. Su miedo disminuyó y entonces le invitó a entrar. Ella se preguntó por qué una persona como él tendría que venir a una casa tan humilde, ya que la casa era solamente de una habitación con inclinación y el sótano, además de un pequeño pórtico en un lado.

Mi madre le dijo que todo lo que tenía en casa era algo de pan y mantequilla, a lo que él contestó, “Esas son exactamente las cosas que más me gustan.” Mientras mamá preparaba el alimento colocó una cubierta blanca sobre la mesa, y notó que él zurcía un pequeño botón en la manga de su chaqueta. Ella se ofreció a arreglarlo y él comió con entusiasmo el pan y la mantequilla. Al prepararse para marchar, él le agradeció y la bendijo con esta promesa: “Que ella nunca vería el día que estaría sin el pan en su casa.” Al salir, le preguntó donde vivió un determinado hombre. Como él se marchó ella recogió las cosas de la mesa y sacudió el paño y para eso él ya había desaparecido de su vista. Al preguntar a los vecinos, ningún hombre había sido visto con aquella descripción.

Un tiempo después de que esto pasó, Brigham Young pasó por Providence y entonces mi madre le relató el incidente. El le dijo que este era uno de Los Tres Nefitas. La bendición por supuesto que se cumplió, porque ella no estuvo nunca sin el pan, y durante 50 años proporcionó el pan para la reunión sacramental del barrio de Providence. (Los Latidos del Oeste, por Kate B. Carter. Hija de Pioneros de Utah.1941. Vol 3, pg 353.)

traducido por barbipod 🙂